viernes, 20 de julio de 2012

19 METROS DE YUBARTA, ahí al lado


JOSEP RUBIO | FORMENTERA Los vigilantes de la Reserva Marina de es Freus Álex Martín y Jorge Jiménez avistaron a las 13.30 horas de ayer una ballena jorobada (Megaptera novaeangliae) cerca de Punta Pedrera. Los dos agentes realizaban tareas ordinarias de supervisión de la pesca y los fondeos a bordo de la motora cedida por el Parque Natural de ses Salines cuando el arrastrero de Formentera ´Punta Gavina´ les advirtió por radio del avistamiento de un cetáceo de gran tamaño.
Desplazados hasta las coordenadas indicadas por el pesquero, los vigilantes comprobaron que se trataba de un ejemplar de yubarta, también llamada gibarte, que es uno de los cetáceos más grandes de la familia de los rorcuales. Según informaciones facilitadas por los vigilantes de la Reserva, el ejemplar adulto visto ayer rondaba los 19 metros de longitud y las 40 toneladas de peso y como es común en su especie, mostraba la parte superior del cuerpo de tono gris oscuro mientras que la aleta caudal (posterior) y el vientre eran de color claro.
Martín describió la sensación de navegar cerca de un animal acuático de grandes dimensiones como «algo impresionante, sobre todo cuando, tras minutos de silencio, la yubarta sale del agua y aparece para respirar cerca de la embarcación y emite una gran explosión de aire».
La presencia de este mamífero en el Mediterráneo no es habitual, puesto que los polos Norte y Sur son su hábitat natural, que deja cuando migra al trópico para reproducirse.
Este cetáceo se nutre mayoritariamente de krill y peces de reducidas dimensiones y posee un amplio abanico de métodos para alimentarse, incluyendo la peculiar técnica de la red de burbujas en las que captura el alimento (las ballenas que acechan un banco de peces crean un círculo de burbujas alrededor para evitar su escapatoria; entonces, atacan a los bancos de peces desde abajo con las bocas abiertas).


fuente DIARIODEIBIZA.ES

miércoles, 18 de julio de 2012

Varamiento en Sueca


JOSE SIERRA VALENCIA (viernes 13 de julio)Un ejemplar de zifio o ballenato de Cuvier (Ziphius cavirostris) apareció ayer muerto, varado, en la playa de la Llastra, en Sueca.
Expertos de la Universidad de Valencia que recogieron algunas muestras del cetáceo para su análisis creen que se trata de un zifio, una especie relativamente abundante en el Mediterráneo pero que en muy pocas ocasiones se deja ver o termina varada en las playas.
Desde que en 1990 se empezaron a recoger datos de varamientos de cetáceos en la Comunitat Valenciana se han contabilizado 933 ejemplares de los que zifio de Cuvier ocupa una mínima proporción.
Por otra parte, los censos realizados conjuntamente por la Conselleria de Medio Ambiente y la Universidad de Valencia en el periodo 1990-2011, en campañas que suman más de 9.000 millas en trayectos de vuelo y 6.000 millas en navegación, tan solo contabilizan tres avistamientos de zifio de Cuvier. Los tres ejemplares fueron vistos en la zona del «cañón de Valencia» (talud continental frente al golfo de Valencia).
En el mismo periodo se han producido cinco varamientos; dos en 1996 y ejemplares únicos en los años 2005, 2006, y 2009.
Según fuentes de la conselleria de Infraestructuras y Medio Ambiente, el ejemplar de zifio aparecido en 2006 en la playa de Gandia estaba todavía vivo aunque se encontraba en muy mal estado y se le aplicó la eutanasia.
De hecho los zifios son uno de los grupos de cetáceos mas desconocidos. La información recopilada procede de estudios realizados a partir de animales muertos, varados en las playas.
Su hábitat se encuentra en aguas profundas lejos de las costas, a unos 1.000 metros de profudidad. Tiene una longitud media de 6,13 metros y puede alcanzar las tres toneladas de peso.
Según informó, Ester Ruiz, testigo presencial, el ejemplar se encontraba en avanzado estado de descomposición.
Biólogos de la Universitat de Valencia obtuvieron muestras del zifio con ayuda de personal del Centro de Recuperación de Fauna de El Saler para determinar las causas de la muerte. Los restos del zifio fueron recogidos en un camión y trasladados a una empresa de grasas animales ante la mirada curiosa de decenas de bañistas.
Fuente  Levante EMV

CORRECCIÓN:   La fotografia ya hacía dudar, por muy avanzada que estuviese la descomposición del animal. José Luis Crespo, veterinario del servicio de sanidad animal del Oceanografic, me dice que se trataba de un cachalote de 8.9 metros y no de un zifio.
Gracias J.L.
Jose Luis en acción

sábado, 7 de julio de 2012

QUE SEAN LIBRES

">España es el país europeo con más cetáceos en cautividad. Diversas ONG han puesto en marcha en Barcelona la campaña SOSDelfines para alertar sobre tal circunstancia. Las cifras, que son fluctuantes debido a la «alta mortalidad» de estos animales en cautiverio, incluye cerca de 90 delfines,dos ballenas beluga y seis orcas, según las ONG's.
Los animalistas aseguran que existen numerosas evidencias científicas que demuestran que los mamíferos marinos sufren de manera considerable en cautividad al no poder satisfacer sus necesidades fisiológicas, lo que les provoca estrés y agresividad.
El vídeo divulgativo que han elaborado desde la iniciativa cuenta con una entrevista a exadiestradores de cetáceos donde se denuncian, entre otros aspectos, que el mensaje educativo de los espectáculos que se suceden en los delfinarios «solo dedica una media de un minuto y medio».

HARTOS DE QUE LO ÚNICO QUE IMPORTA SEA EL DINERO
Debido a la alta mortalidad de los cetáceos en estas condiciones, la población cautiva es insostenible para mantener esta creciente industria. Es por esta razón que se están intensificando las capturas de delfines salvajes para suministrar a estos centros. A menudo para esquivar la legislación que limita estas prácticas, se recurre a lugares "de paso" para declarar que no provienen directamente de la naturaleza.
Las capturas se llevan a cabo brutalmente y sin estudios adecuados que determinen si las poblaciones pueden soportar las presiones de la captura. Al ser estos animales altamente sociales, la captura de un solo individuo puede afectar profundamente las estructuras sociales de la manada y la población entera. Muchos de los delfines que no son capturados para los centros de cautiverio, mueren del shock y del estrés provocados por el acoso al que son sometidos los grupos. Más tarde, algunas hembras embarazadas pueden abortar sus fetos o madres pueden dejar de lactar muriendo así sus crías. El estrés que supone capturarlos, separarlos de sus grupos y colocarlos en pequeños tanques en que tan sólo pueden nadar en círculos les deprime y debilita, llevando a la muerte a muchos ejemplares durante los primeros días de su captura. Otros mueren a consecuencia de traumatismos e infecciones provocadas durante la captura.
Aunque algunos sean nacidos en cautividad, estos animales salvajes mantienen sus fuertes instintos y sufren igualmente en los delfinarios que aquellos capturados de la naturaleza. Además, el hecho que sean nacidos en cautividad no es razón para desposeerlos de sus derechos como seres vivos con grandes capacidades cognitivas.
fuente SOS DELFINES