La moratoria que prohibió el sonar durante las maniobras navales en Canarias ha demostrado su acierto en los nueve años que han seguido a esa decisión, en los que no ha vuelto a registrarse ningún varamiento masivo de cetáceos como los que ocurrieron en 2002 y 2004.
Catorce zifios murieron en 2002 y otros cuatro en 2004 en Lanzarote y Fuerteventura, en dos varamientos colectivos que un equipo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) logró relacionar con las maniobras militares realizadas en esas fechas en las islas, en las que se empleó el sonar antisubmaninos.
Ese descubrimiento llevó al Parlamento Europeo a emitir en 2004 una recomendación no vinculante para que las armadas se abstuvieran de usar esa tecnología hasta conocer mejor el daño que produce en la fauna. Y, ese mismo año, España tomó una decisión pionera en el mundo: prohibir su uso en Canarias para proteger a los cetáceos.
El mismo equipo que probó la relación del uso del sonar con la muerte de los zifios publica ahora en "Nature" un estudio en el que demuestra que, desde entonces, no solo no se han registrado más varamientos masivos en Canarias, sino que, además, ninguno de los zifios muertos en estos nueve años presentaba la patología que mostraban sus congéneres de los episodios de 2002 y 2004.
"Los zifios son muy sensibles al sonar. La hipótesis más clara, y que hoy se conoce mucho mejor, es que estos animales entran en pánico (por efecto de esa tecnología), rompen su perfil de buceo y eso les provocaba una enfermedad similar a la enfermedad descompresiva de los buceadores", ha relatado a Efe el director del Instituto Universitario de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria de la ULPGC, el catedrático de Veterinaria Antonio Fernández.
Por el laboratorios que dirige este científico, uno de los de mayor prestigio en el mundo en materia de cetáceos, pasan cada año todos los mamíferos marinos que mueren en las costas de Canarias.
Antonio Fernández, su compañero de universidad Manuel Arbelo y Vidal Martín, de la Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en Canarias (SECAC), publican en "Nature" que desde 2004 no ha vuelvo a haber varamientos masivos en las islas (por masivo, se entiende de más de tres ejemplares) y que no han vuelto encontrarse son zifios con el cuadro característico de patología embólica gaseosa y patología embólica grasa que observaron hace una década.
Fernández subraya que solo España tomó una medida como la que el Parlamento Europeo recomendó en 2004, entre otras cosas, porque su Armada fue "sensible" y cuenta en sus filas con científicos que ya sospechaban que existía una relación de causa-efecto entre el uso del sonar en las maniobras y los varamientos de cetáceos.
"Canarias se ha convertido en una referencia mundial gracias a ello. La decisión que se tomó para la protección de la fauna marina, y de los cetáceos en especial, fue sensata y ahora se ha demostrado acertada", añade este catedrático de Veterinaria.
Antonio Fernández confía además en que el hecho de que este descubrimiento se publique en "Nature" haga que las poco más de 240 palabras de sus conclusiones "probablemente tengan más impacto que otros veinte artículos que se hayan podido escribir", porque hay varios países pendientes del resultado de la moratoria antisonar que se puso en práctica en España.